¡Arriba las piernas!
La sensación de piernas pesadas puede llegar a afectar a casi todo el mundo cuando llega el calor del verano. Desde una leve sensación de fatiga hasta el dolor agudo provocado por edemas y varices, la retención de líquidos se acentúa con el aumento de las temperaturas.
Si tienes tendencia a que se te hinchen las piernas, ves aflorar cada día más capilares y venitas o si llegas a sentir verdaderas molestias en las piernas, ha llegado la hora de ponerle remedio.
¿A qué se deben las “piernas pesadas”? A una insuficiencia venosa, es decir, el sistema de transporte de la sangre a lo largo de las piernas se deteriora, ya sea porque algunas de las válvulas que gestionan el flujo de la sangre a través de las venas no se contraen o relajan de la manera adecuada o porque los músculos de las piernas encargados de “estimular” la circulación de retorno no realizan su labor. La sangre se estanca, la linfa no fluye y las grasas y toxinas empiezan a “encallarse” en ciertas zonas de las piernas.
Factores que favorecen las piernas pesadas:
Inactividad física, falta de tono muscular, alimentación rica en grasas, bebidas carbónicas, alimentos dulces, hidratación insuficiente, zapatos inadecuados, calcetines o medias demasiado apretados, posturas de pie o sentada durante muchas horas, exceso de irradiación solar.